Iniciaremos esta ruta conociendo el castro de El Raso, que está situado en el piedemonte de Gredos y está considerado como uno de los yacimientos célticos más importantes de toda la península.
Sus más de quince hectáreas están protegidas por una muralla de casi dos mil metros de longitud y un potente sistema defensivo. Estuvo habitado, entre el siglo III y I a C. por una población superior a las mil quinientas personas; en el paseo por el castro podremos conocer su urbanismo, sus viviendas y el modo de vida de los vettones, que crearon este oppidum tras la devastadora incursión de Aníbal por estas tierras, y permanecieron en él hasta que César les obligó a abandonarlo.
Tras salir del castro por la zona del castillo, iniciaremos el ascenso hacia el Collao de Braguillas, donde se encuentra una majada tradicional de los cabreros que en verano subían a la sierra con sus cabras. Allí conoceremos las peculiaridades de la vida de los cabreros, sus costumbres y tradiciones, su economía y sus guisos: en plena naturaleza degustaremos una comida a base de migas, caldereta de cabrito y queso con miel.
Repuestas las fuerzas tras la comida y después de disfrutar del extraordinario paisaje que se nos ofrece desde el collao, continuaremos hacia Peña Escrita, donde en un cobijo natural se encuentran un grupo de pinturas rupestres de la Edad del Bronce, coetáneas de los habitantes del castro del Prao de la Carrera que podrían ser los primeros pobladores conocidos de esta parte de Gredos.
En el descenso, el camino aún nos mostrará alguna interesante sorpresa.